Para ser una persona sabia, tener cinco sentidos no es lo máximo, es lo mínimo requerido. Hay sentidos que no desarrollamos: el sentido del tiempo, el sentido de la orientación, el sentido artístico y el sentido de lo invisible. Vivimos y nos movemos en la atmósfera de lo invisible, que nos envuelve, pero no lo percibimos. El mundo está repleto de lo invisible, lo inaudible, lo imperceptible...
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