Todo hombre y mujer tiene un misterio personal y nadie puede invadir o abrir el corazón, que oculta lo más sagrado del yo. Abrirse a un tú es solo obra del amor. Desde ese instante dos vidas quedan interiormente unidas. En el amor nos identificamos con otro u otra , e incluso se puede vivir a distancia porque siempre queda la presencia. No es estar tristes o alegres, que se trabaje o no. Es un estado.
Por debajo de la alegría o el dolor, del trabajo o la inactividad , los que se aman se están dando la mano, siempre. Al abrirme a otra persona dejo que circule de mi a ella eso de que carece y a la vez me abro a ese algo diferente y que yo no poseo. Rompemos diques por lo que unimos Océanos y el amor nacido en nosotros, no morirá nunca...
No hay comentarios:
Publicar un comentario