No podemos predecir lo que vamos a decir. Esta es una frase muy apropiada para lo que os voy a contar de mi vida de estudiante. Era un examen oral y la pregunta del examinador estaba ahí, yo me sabía el tema a medias, pero lo había leído una y otra vez. Fue entonces cuando en el silencio del aula medio vacía ,sentí que las palabras serían las únicas que me podían salvar y hablé y lo alargué hasta el infinito y de repente la voz potente del examinador dijo: Aprobado, puedes irte. Aprendí el valor de las palabras.
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