Más que volver a los recuerdos y evocaciones hay, que regresar a las sensaciones y volver a las ruinas, que dejamos atrás. Hay que volver al camino donde jugábamos de niños y aunque hayamos crecido, volver a jugar, reír e incluso llorar por las caídas del ayer y compararlas con las caídas y las heridas del hoy...
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