Bajo el frío de la noche, regresas al hogar llevando sobre los hombros el cansancio humano. El camino que te lleva, no es un camino cualquiera, es el tuyo ese que siempre te espera y el regreso es siempre la alegría del encuentro y el gozo de olvidar el desierto del cansancio y la ansiedad...
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