Caminamos por el páramo infinito, donde la soledad , mas que herirnos nos lleva al encuentro de los sueños perdidos y hemos de aceptar que en nuestra aventura de vivir no todo es vivir, sino también soñar y dar forma a los sueños para hacerlos realidad y descubrir, que el infinito forma parte de nuestro ser finito. Lo único posible es: permanecer , para al fin poder sentir que nuestra mayor dicha es: Vivir.
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