En la profundidad de nuestro ser es donde dejamos de ser, para solo sentir la sensibilidad actuando en vivo y en directo en nuestra vida. Cuando estamos a solas es cuando sentimos la sutil caricia del alma en nuestra vida y el alma además de curarnos de muchas heridas, ilumina nuestra noche oscura y nos saca de muchas locuras. Cuando bajamos a la profundidad de nuestro abismo, ya no seremos los mismos...
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