En una tormenta lo lógico es correr aunque también es importante detenerse para sorprenderse de lo que ve nuestro sistema expectante y aunque lo más seguro es no ver nada, ni sentir lo lentos, que podemos ser en decidir si: avanzar o huir...
Avanzar bajo la lluvia y hacer lo más difícil todavía y en vez de llorar, cantar a la vida...
En la vida real muchas veces nos mojamos por conseguir los retos soñados. Las tormentas de la vida nos empapan pero si vamos cantando, la alegría se multiplica...
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