Los sonidos cotidianos forman parte de nuestra vida...
La música, nos eleva a lo indecible, es quizás el sonido que a más evocaciones nos puede llevar...
El sonido del viento, el rumor del mar, el canto de la lluvia e incluso el silencio, que sin ser sonido tiene un parloteo constante, tienen un protagonismo especial en nuestra existencia...
Las formas y los colores, junto con los seres humanos, enriquecen nuestro mundo personal...
Los ojos del cuerpo ven, pero los ojos del alma nos llevan a la admiración y a la contemplación de lo invisible...
La audición, nos lleva a los sonidos y a las voces humanas, pero solo nuestro corazón nos hace capaces de sintonizar con los sentimientos...
Al mismo tiempo que vivimos nuestra vida, nos sumergimos en otras vidas, tanto cercanas como lejanas, sufrimos con el dolor ajeno y somos felices con la ajena felicidad...
Tenemos un extenso mar de posibilidades...