Tu cielo personal

Siempre cuesta encontrar el momento para poner orden...
El orden de, nuestro mundo interior está que: no veas...
Ahí en nuestro interior, hay de todo: pensamientos, sentimientos, amores y odios, recuerdos, anhelos, fracasos y éxitos...
Si nos detenemos a contemplarnos profundamente, nos encontraremos que, nuestro interior es; casi un vertedero, la mayoría son cenizas, que hace tiempo deberíamos haber barrido...
Quedaríamos asombrados de lo que guarda nuestro corazón...
Una limpieza a fondo, nos hará la vida más confortable...
Seguramente guardamos, rencores agazapados y si los miramos fríamente, veremos que no sirven para nada, es un trasto inútil...
Recordemos que: la felicidad consiste en: tener paz...
Las desilusiones, son una fuente de desdichas, junto con los fracasos...
Hay que conocerse a fondo y echar mano al optimismo...
Una solución es: un paseo en solitario, solos con nosotros mismos.Es importante elegir el lugar de nuestros paseos...
Este ejercicio, hecho con constancia da un resultado expectacular, siempre que te escuches a ti mismo...
Las barreras de tu "yo" irán cayendo una por una...
Y así, desnudo de cuanto pesaba en tu corazón, serás casi un niño, que es lo más parecido a estar en el cielo...

Las horas y los minutos se ríen de nosotros

Esperando el tren de media-tarde, nos dimos cuenta de que: la paciencia es un bien escaso y el silencio, nos hiere...
La espera es: desesperante, es en todas sus formas, un dilema difícil de asimilar...
La urgencia en todo, la ponemos nosotros y la mala cara también.Porque; lo que son los minutos y las horas, se ríen descaradamente de nosotros...
En una estación vacía, sin más horizonte que: las vías del tren, uno puede sentirse ridículo...
La impaciencia; exaspera, nos hace sentir fracasados...
Sin embargo, desde que nacimos hemos estado de una manera u otra esperando acontecimientos, personas o cosas...
Y sin darnos cuenta todo nos ha ido llegando: poco a poco y en el momento oportuno...
Esperando al tren de media-tarde o esperando algo en nuestra vida, no podemos tirar por la borda lo que: hemos repetido una y mil veces, a lo largo de la vida...

Vivir, ser...

Mientras los hombres hablaban, sin entenderse ni comprenderse, los niños; ajenos a los problemas de los adultos: cantan y ríen...
En una palabra: viven...
Vivir, existir, ser, amar...

A cada vida, su decorado

En el teatro, se baja el telón cuando la función se acaba, pero en ese otro teatro que es; la vida, el telón se baja cuando menos te lo esperas...
Hay tantas vidas inconclusas, como ilusiones inalcanzables, hay tantos argumentos carentes de sentido, como películas carentes de contenido...
El decorado de nuestra vida, a veces no tiene nada que ver con lo que somos y nos hemos de mover, en la insatisfacción...
Todos nos acostumbramos a las cambiantes luces y a los guiones impuestos...
La existencia es: repetitiva y competitiva.Si no vas a la moda, estás fuera de lugar, si piensas diferente a los demás, eres un visionario y si quieres ser tú mismo, mejor no salir de casa...
El mundo es algo así como: la locura de las fieras que andan sueltas, mientras los hombres están en el zoológico...

Si puedes gritar, grita

Ser testigo de la indolencia de los hombres, nos tendría que hacer: gritar, porque podríamos:
Hacer el trabajo que, otros dejaron por hacer...
Acoger a esos niños que, nadie quiere tener...
Que nuestro dialogo fuera: fluido y florido...
Saber comprender a ese ser que, nunca será lo que quiso ser...
Amar en profundidad, dando el corazón...
Regalar lo que somos, no lo que tenemos...
La indolencia es: cosa de todos y sólo el que tiene fuego en el corazón es capaz de gritar e intentar llegar, ahí donde nadie quiere llegar...
Dar es: una bellísima expresión de amor...

Atrapar la luz

La claridad del amanecer juega; a subir por la escalera y en el primer rellano, su discreta armonía se columpia en la sutil cristalera...
Queriendo atrapar la luz que, va subiendo hacia arriba, uno se queda sin ver; otras grandes maravillas...
La luz, puede deslumbrar y anular muchas cosas de una vida, pero la luz, también puede contener: instantes de alegría, momentos de dicha...
En cada rellano de la existencia humana, la luz es distinta y mientras vamos subiendo, nos olvidamos que, abajo se ha quedado, nuestra alma de niño...
En la vida, no cuenta la edad, los años son: la consecuencia de los desengaños...
La felicidad, no está en, atrapar la luz a consta de subir peldaños...
Mejor quedarse en, el primer rellano y entre las sombras y la luz ir restando el paso de los años...
Y de poder, podemos descender, porque; ahí abajo nos espera esa otra luz que, un día dejamos; la luz de la juventud...
¿En qué parte de la escalera, estás tú?

Lo esencial

Se han suprimido palabras, se han evitado argumentos, se ha olvidado; lo esencial y nos hemos ido a menos...
Te has olvidado de amar, cuando amar es: un portento...
Te has olvidado de ser tú, en cada momento...
Ante tanta negación, te haces traición a ti mismo...