El ocaso es, tan fotogénico que siempre caemos en la tentación de plasmarlo, sea como sea...
Al acaso, no hay manera de sacarle ninguna instantánea, porque es: la incertidumbre total...
Eso de no saber lo que nos viene es quizás uno de los traumas del ser humano. No saber la incógnita del acaso muchas veces nos anula...
Estamos tan acostumbrados a sacar fotos del ocaso que, la invisibilidad del acaso nos resulta insulsa...Sin embargo, la incertidumbre resulta muchas veces apasionante, si se sabe aceptar...
Ninguna cámara fotográfica será capaz de: captar los colores y las consecuencias del acaso...
Los puntos suspensivos, pueden esperar, mientras tanto, os sugiero para calmar la ansiedad, contempléis; los ocasos sorprendentes de todos los días del año y los guardéis en vuestro corazón y así, cuando el acaso os acose, abráis vuestro archivo personal para; contemplar lo tangible y os olvidéis de lo imposible...
Al acaso, no hay manera de sacarle ninguna instantánea, porque es: la incertidumbre total...
Eso de no saber lo que nos viene es quizás uno de los traumas del ser humano. No saber la incógnita del acaso muchas veces nos anula...
Estamos tan acostumbrados a sacar fotos del ocaso que, la invisibilidad del acaso nos resulta insulsa...Sin embargo, la incertidumbre resulta muchas veces apasionante, si se sabe aceptar...
Ninguna cámara fotográfica será capaz de: captar los colores y las consecuencias del acaso...
Los puntos suspensivos, pueden esperar, mientras tanto, os sugiero para calmar la ansiedad, contempléis; los ocasos sorprendentes de todos los días del año y los guardéis en vuestro corazón y así, cuando el acaso os acose, abráis vuestro archivo personal para; contemplar lo tangible y os olvidéis de lo imposible...