Mas allá de lo que somos, está lo que no conocemos de nosotros y no podemos negar, que la música nos hace llorar y eso nos va muy bien no solo para limpiar los ojos , sino que nos hace salir del duro asfalto del día a día y el roce humano.
Desde que nos levantamos somos sensibles y no digamos por la noche, que aunque estemos acompañados, estamos solos y la soledad se convierte en ; la pesadilla de la mente y ella y el corazón nos deja fuera de acción. Lo sensible llena nuestra vida y ahí donde estamos se asoman recuerdos y en el ensueño, volvemos a ser pequeños.
Aún nos queda mucho para conocer la mejor parte de nuestro ser y es que lo nuestro es ilegible. Suerte que la mente nos hará visualizar esa película, con música de fondo de nuestra vida y aquí es donde descubrir: que la sensibilidad y el amor tienen mucho que decir.
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