Mirados de lejos parecen seres humanos, con sus trajes ondulantes al viento. A medida que te acercas contemplas la desnudez de los chopos, que sin rubor se muestran tal como son.
Paso a paso te adentras en esa gran ciudad muy distinta a las ciudades del mundo y no puedes evitar de pensar en los seres humanos, que evitan ser tal como son.
Paso a paso vas descubriendo, que el rumor del viento va desnudando a un bosque entero. A lo lejos,solo hay silencio cuando todo habla y si escuchas bien, los chopos comienzan su charla y esos árboles sin moverse de lugar, saben jugar con el viento y dialogar con el silencio.
Nos enseñan a ser lo que no somos; parte de la gran arboleda de la Tierra.
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