Quisieramos tener y no tenemos, quisiéramos ser y no somos y siempre queremos los demasiados y es en esos demasiados dónde anulamos la sonrisa y anulamos el saber estar. Evitamos los paisajes humanos tan solo para encontrarnos con lo que somos y nos cuesta aceptar, que la soledad es la compañía que nos enseña a estar. Cada caída es una herida pero si sabemos convivir con nosotros podremos vivir con los otros y al fin llegaremos a ser...
No hay comentarios:
Publicar un comentario