Al ser humano le cuesta distinguir; la realidad de la irrealidad. En la vida casi siempre caemos en el engaño de transformar la visión de una nube, en un planeta extraño y todo porque la verdad no entra en la idea, que uno se crea y es el espejismo el que nos supera. En realidad lo que vemos no lo vemos, al menos tal como es. En la larga carrera de la vida no sabremos si ganamos o perdemos, en cambio lo sabrán los que no vemos.
A veces una ilusión óptica nos puede hacer dudar de, quien somos ante los otros. Lo que nos rodea es incierto y será difícil saber lo fundamental que es: la verdad total.
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