Vivir es; solo rozar lo que sentimos y lo que sentimos vive en nosotros. Sentir es; dialogar con lo que somos y fuimos, con las sensaciones que nos hicieron intuir los vacíos.
Una y mil veces volvemos a pasar por los lugares que no supimos mirar y ahora comprendemos, que hemos de detenernos para mirar lo que llevamos dentro de ese silencio, que nos da la certeza de, que lo de amar de verdad lo tenemos por estrenar, cuando el amor es tan viejo como el mundo y hoy cómo ayer está de plena actualidad.
Los sentimientos siguen siendo lo que los que lo cambian todo y aún sin palabras amamos y nos aman. El ser humano se da cuenta de que su nada necesita ser llenada y lo que sentimos tiene un nombre. Descubrir ese nombre es altamente positivo. Es saber distinguir lo positivo de lo negativo. El peligro está en que somos libres y la vida se vive una vez y nada más.
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