Esas conversaciones que nos creamos, no tienen nada que ver con nuestro paisaje humano, donde precisamente tenemos la lucidez de pensar como seres humanos.
En las conversaciones de uno mismo con si mismo usamos a menudo el hermetismo, para no cruzar la frontera hacia temas importantes porque; para esos temas ya tenemos preparada la nevera para congelarlos y que los descongele otro cualquiera. El tema del dolor, la soledad y la guerra, no se pueden congelar. Son temas pendientes con los que dialogar...
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