La felicidad casi nunca está dónde estamos. Para encontrarla y conservarla se ha de andar y es precisamente en el camino, que está junto al río, entre la luz y las sombras, el lugar dónde ver que la felicidad solo es: ver el agua correr.
Desde luego no es una felicidad aceptada por todos y es extraña y desconocida por muchos. Pero tú, que sólo eres uno, eres distinto para sentir y vivir otra forma muy saludable de ser feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario