No nos damos cuenta pero a menudo vendemos maravillas de nuestra vida y acabamos viviendo de los recuerdos de lo que fuimos o tuvimos. O sea: las sugerencias del exterior concuerdan con nosotros, cuando la monotonía es nuestra mejor sintonía. Los cambios, el evitar la monotonía nos complica la vida, y es cuando se nos devuelve algo de la infancia perdida .Y el volver a lo que hemos sido tiene un profundo sentido: la vieja casa de la abuela, la cabaña de un amigo, pueden hacernos volver al niño que fuimos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario