Todo depende de un paso: El éxito o el fracaso, el odio o el amor teniendo en cuenta que en todo influye el corazón; que es la fuerza que genera nuestra luz interior y por ella nos damos cuenta, que el fracaso no es tan malo porque nos enseña a ver los fallos. Del odio al amor solo hay un paso y hace falta valentía para darlo. La contradicción es que del amor al odio no hace falta andar, sino dejarse llevar por la parte negativa, dejarse caer y no ver. Lo negativo es una herida, que hemos descuidado de curar.
Somos un río con dos aguas diferentes. También somos la fuente de nuestras decisiones.
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