El corazón es ancho como el mar y en él se reflejan las nubes de los sueños y en esas olas, que no dejan de cantar deseamos poder saltar para atrapar la blancura de su espuma. Una verdadera locura, pero así podremos saber la edad que tenemos. Saltar o no, esa es la cuestión de cómo siente nuestro corazón.
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