A lo largo de la vida , vamos perdiendo altura cuando en nuestro vuelo algo falla . Es sin duda nuestro motor , que tiene miedo y quiere tocar el suelo de la seguridad . La seguridad a veces está lejana y hemos de usar , el paracaídas del optimismo para afianzarnos en la seguridad y lanzarnos al vacío sin saber dónde podemos caer . El vuelo de la vida no es un viaje de recreo , con reserva en un hotel . Es la incertidumbre del no saber , ni comprender los fallos ocultos de nuestro interior .
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