Los sembradores de conflictos lo son porque están en conflicto con ellos mismos y si no aceptan a nadie es porque no se aceptan a si mismos. Es tiempo perdido preocuparse por hacer felices a los demás, si nosotros no lo somos. El hombre se mira y se encuentra extraño a si mismo como si tuviera dos personalidades. El ser humano camina por llanuras infinitas hacia metas inaccesibles. El hombre es un arco tenso con urgencias interiores y desafíos exteriores y experimenta dispersión.
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