Cabo y sargento, dos tratamientos distintos y dos humanos iguales y aunque uno use la simplicidad y el otro la dureza, siguen siendo humanos igual. Los dos usan la coraza, pero en algún momento se la quitan para: amar, besar y abrazar. En la vida todos somos iguales a expensas de los títulos y condecoraciones que podamos tener y llevar.
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