Cada uno de nosotros tenemos una nave espacial, tan especial y con tantos mandos, que no sabemos como y donde aterrizar y todo porque buscamos el cielo de nuestros anhelos en el mundo sideral, sin darnos cuenta que vivimos y nos movemos a ras de suelo y nuestra nave en vez de surcar el cielo se inmoviliza en el desierto del desaliento...
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