La vida del hombre sabio es un constante huir de los sueños a la realidad, de las fantasías a la objetividad. El sabio sabe que no puede ser completamente feliz y que en la vida se alternan triunfos y fracasos. Por eso no se asusta ante las emergencias imprevisibles y apenas sufre. Necesitamos declarar la guerra a muchos sueños e ilusiones. Tomar con las manos la piedra dura y fría de la realidad , para coger el camino de la sabiduría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario