La sed de infinito está en la fuente de los seres finitos que nos rodean. No es el agua lo que sacia nuestra sed , es la palabra y la mirada, donde incluso el silencio es palabra. A lo largo de la vida estamos rodeados de infinitos, hombres, mujeres y niños y todos llevan en si horizontes y paisajes distintos. Son los que pasan a nuestro lado y los pasamos por alto. Todos los infinitos humanos son distintos, pero cada hombre tiene un nombre...
No busques al infinito, busca solo al ser humano, un misterio y un infinito, que pasa constantemente por tu lado...
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