En la quietud se alivia nuestra inquietud, sobre todo de aquello que sentimos y no decimos. La quietud es un lugar tranquilo y mejor entrar en ella de puntillas evitando el ruido. porque entramos en un lugar, que nos es desconocido. En su profundidad se esconden caminos. Sin embargo no es el camino sino el horizonte personal lo que perseguimos, donde está la quietud, que necesitan nuestros sentidos. Nuestra vida ya tiene resplandores de la dicha deseada y si no eliminamos la inquietud; el camino y la luz, no servirán para nada.
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