El hombre es imprevisible: su sabiduría le lleva a ir más lejos cada día. En contraposición, su sensibilidad le es desconocida y ni el mismo sabe como influye en su vida. El hombre conquista el espacio, pero en su espacio personal hay tantas lejanías como para sentirse defraudado y el ser humano, con todo su talento aun no ha encontrado como huir de su propio desierto. Demasiadas lejanías influyen en su vida, mientras la cercanía de los sentimientos va palideciendo, en el hombre va creciendo el ansia de infinito.
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