La oscuridad personal tiene mucho que ver con la forma de pensar y de no saber optimizar las secuencias de las vivencias...
Nuestra inclinación por la oscuridad nos la inculcaron cuando nacimos y fue en la penumbra de una cuna dónde aprendimos mucho de la oscuridad y a dormir a oscuras...
A lo largo de la vida la oscuridad se ha ido agrandando, de manera que ahora de adultos necesitamos la oscuridad para dormir...
Una de las cosas que hemos aprendido es el poder refugiarnos en la oscuridad personal para llorar y calmar los cansancios...
La oscuridad también puede tener su utilidad cuando nos sentimos perdidos porque es entonces cuando la mente se hace consciente y enciende una luz. La mente nos ayuda en las vacilaciones y para eso nos da los retos. Con ello nos damos cuenta de que tenemos luces de gran intensidad...
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