Las palabras del orador muchas veces nos resultan aburridas y sólo cuando se equivoca en una palabra es capaz de provocar más de una sonrisa...
Hay que ser: provocador de alegría, quitar hierro y poner ironía, poner ilusión y dejarnos de usar la sabiduría. Poner sal a lo insípido de la vida. Crear un menú especial y sazonarlo de sonrisas, que son fáciles de digerir y transmitir...
Hay que ser: provocador de alegría, quitar hierro y poner ironía, poner ilusión y dejarnos de usar la sabiduría. Poner sal a lo insípido de la vida. Crear un menú especial y sazonarlo de sonrisas, que son fáciles de digerir y transmitir...
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