Apenas amaneció, la luz fue a tu encuentro y te despertó...
La luz te trajo aromas del huerto y rompió el silencio. Del silencio nacieron los sonidos familiares y los lejanos ecos, que eran risas de niños camino de la escuela, eran aromas de lejanas arboledas, batir de alas de palomas, susurros de voces, sonidos de escobas...
Tu diligencia es en estos momentos más útil, que la inteligencia...
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