Nos gusta vivir sin sobresaltos, lo nuestro es vivir en la luna, un lugar donde todavía nadie se ha podido aposentar, o sea: con la ropa tendida al sol y el perro durmiendo en el sofá... Este es , resumido nuestro paraíso personal, pero cuando menos lo esperamos suena el timbre de la puerta y ahí las alarmas de la mente suenan..
Recogemos la ropa tendida a cien por hora y la metemos dónde sea para que no se vea, tanto da, que sea dentro del horno, cómo en otro lugar cualquiera...
Al perro lo sacamos del sofá y el can nos muerde cómo un animal que es...
Abrimos al fin la puerta de la casa con nuestra mejor sonrisa, pero sudando a mares y encima preguntamos a la inesperada visita si se quiere quedar a comer, cuando sabemos que no hay nada en la nevera...
En la luna estábamos mejor...
Recogemos la ropa tendida a cien por hora y la metemos dónde sea para que no se vea, tanto da, que sea dentro del horno, cómo en otro lugar cualquiera...
Al perro lo sacamos del sofá y el can nos muerde cómo un animal que es...
Abrimos al fin la puerta de la casa con nuestra mejor sonrisa, pero sudando a mares y encima preguntamos a la inesperada visita si se quiere quedar a comer, cuando sabemos que no hay nada en la nevera...
En la luna estábamos mejor...
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