Desde lo alto de la colina vemos el resplandor de mil luces en la lejanía...
Desde la oscuridad de nuestra rutina, nos hacemos capaces de intuir que en esa lejanía hay otras vidas...
El silencio nos trae el eco de una melodía. No podemos dormir, ni reprimir el ansia de vivir de estar en conexión con otras vidas...
Decidimos desistir del horario establecido y casi sin darnos cuenta ya estamos en el camino...
En el camino, cada recodo tiene muchos puntos suspensivos y es entonces cuando comprendemos la importancia de nuestra pequeña colina, que vive ajena a las luces de la vida...
Desde la oscuridad de nuestra rutina, nos hacemos capaces de intuir que en esa lejanía hay otras vidas...
El silencio nos trae el eco de una melodía. No podemos dormir, ni reprimir el ansia de vivir de estar en conexión con otras vidas...
Decidimos desistir del horario establecido y casi sin darnos cuenta ya estamos en el camino...
En el camino, cada recodo tiene muchos puntos suspensivos y es entonces cuando comprendemos la importancia de nuestra pequeña colina, que vive ajena a las luces de la vida...
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