No comprendo como pudimos haber estado suspendidos en el abismo...
Lo que escribo es un hecho real, dónde veréis que sólo el optimismo nos salva del abismo...
Los niños querían ver lo que yo no veía: un barco en la lejanía. Amontonados, piel con piel ya nadie veía el barco, pero sí el peligro del abismo de aquel lugar escarpado...
Decidimos no llorar, sino reír y cantar y aún nos quedó valor para coger una flor...
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