Como siempre nos movemos en círculos concéntricos, nos volvemos expertos en no hacer nada más...
Lo primero sería organizar la mente y contemplar el resultado final, sin escuchar a esa voz, que nos dice: lo difícil que es organizar...
A veces, sólo hará falta una sonrisa para salir de la excesiva seriedad y roto el hielo entramos de lleno en una espiral, que nos puede conducir al mismo cielo...
Pruebalo y verás...
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