Poca cosa, casi nada somos al final del día.Solo somos capaces de escuchar la melodía de la monotonía...
Ensoñaciones secretas a la ventana se asoman y evocamos ese camino donde nacieron ideas...
Con los ojos cerrados, la luz del ocaso no nos llega y ahora somos un barco varado envueltos de niebla...
A estas horas de la tarde, poca cosa o casi nada nos sorprende. Nuestra mente no entiende como en el amanecer pudimos ver y ahora apenas vemos...
Es muy fácil comprender como la rutina puede fragmentarnos y es, que a nuestra fortaleza le gusta de cuando en cuando; la pereza...
Somos un gran cero, cuando la mente está cansada...
Conocemos de memoria los sonidos cotidianos y muchos ecos nos llegan diáfanos, todos ellos son un bálsamo a nuestros cansancios...
Ensoñaciones secretas a la ventana se asoman y evocamos ese camino donde nacieron ideas...
Con los ojos cerrados, la luz del ocaso no nos llega y ahora somos un barco varado envueltos de niebla...
A estas horas de la tarde, poca cosa o casi nada nos sorprende. Nuestra mente no entiende como en el amanecer pudimos ver y ahora apenas vemos...
Es muy fácil comprender como la rutina puede fragmentarnos y es, que a nuestra fortaleza le gusta de cuando en cuando; la pereza...
Somos un gran cero, cuando la mente está cansada...
Conocemos de memoria los sonidos cotidianos y muchos ecos nos llegan diáfanos, todos ellos son un bálsamo a nuestros cansancios...
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