Ayer, me sorprendió la luna de verano; redonda y llena...
Me sentí atraída por ella y decidí ir a su encuentro, para contemplar su enigmática mirada...
Quise ponerme en camino , adentrarme en el silencio y tumbarme en el suelo...
Pero mis planes con la luna han fracasado...
Los niños se adosaron a mi, todos querían ver la luna y nos fuimos todos en manada...
De tumbarme en el suelo, nada de nada, lo mio fue montar guardia...
Y andando, andando por fin llegamos donde la luna nos esperaba...
¿Dónde nos sentamos? Fue la primera pregunta..Después vinieron otras...
¿Porqué miramos la luna?
¿Porqué no vamos a la luna?
¿Porque la luna no se ríe?
Lo mejor de este paseo nocturno fue: volver a casa y dejar a la luna en paz...
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