La nada y el todo son opuestos, pero entre ellos hay una buena relación...
La nada siempre necesita llenar su vacío y el vacío del hombre es a veces tan profundo que, tan sólo una porción del todo, nos deja saturados...
Ese poco es suficiente para calmar toda nuestra ansia y ya no deseamos más...
Somos imprevisibles y camaleónicos, porque somos inconformistas...
Necesitamos llenar a rebosar nuestro interior y dejar que su contenido se derrame...
No se puede tenerlo todo en la vida, porque en la vida todo son: migajas de amor, instantes de felicidad, pausas cortas o esperas demasiado largas...
El ser humano se aferra a lo que sea, para llenar la nada de la vida...
Por eso a menudo nos encontramos con múltiples dilemas que, nosotros mismos nos creamos...
Entre la quincalla que atesoramos, apenas hay nada útil...
Os animo a buscar cosas de valor, para llenar el recipiente vacío de vuestro interior...
Verdaderos tesoros, pero sobretodo el más grande, el de más valor: el amor...
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