Nuestros antepasados tenían la visión mas agudizada que nosotros. Ellos veían desde la distancia las nubes tormentosas e intuían su fuerza...
En el hoy, nos conformamos con levantar los ojos y ver nuestro pedazo de cielo...
Por lo demás, solemos verlo todo negro y nuestra visión no la usamos al cien por cien, cuando la naturaleza nos muestra su gama inmensa de colores...
Vivimos de visiones interiores, que no corresponden a nuestro mundo real y nos conformamos con nuestras propias películas, sin usar la visión realista...
Imaginamos, pensamos, pero no actuamos en ningún decorado concreto...
La mirada del alma no la usamos y los ojos del cuerpo se quedan cortos en ver...
Nuestra visión quiere llegar al fondo de la cuestión, pero ninguna cuestión nos da la visión de lugar y a los humanos, los catalogamos por lo que no son...
Vemos como queremos ver y lo demás no lo vemos...
A las distancias las dejamos donde están, por eso no vemos las tormentas, que están por llegar...
Como somos los directores de todas nuestras emociones, dirigimos a los actores y buscamos decorados pensados y calculados, según la visión personal...
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