Es al atardecer, cuando hacen su aparición las inquietudes del día...
Es en esas horas cuando multitud de secuencias se analizan y se comprueban...
A esa hora, navegamos en las aguas de todos los cansancios , de todas las prisas y evocamos los rostros, cuyas sonrisas transformaron nuestra rutina en magia...
El atardecer es una agenda, que aún sin letras, nos recuerda con exactitud todo cuanto hemos olvidado . Entre los sueños y la realidad nuestro pequeño espacio se agranda a lo indecible, en esos espacios, que no hemos podido o querido llenar...
El atardecer nos conecta con nuestra agenda secreta y personalísima, que la mayor parte de las veces, hemos dejado incompleta...
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