No era fácil comprender la turbulencia del río, pero ese ser anónimo, de sencillez extrema, decidió plantar su tienda junto a la espuma blanca y le pareció que; esa cascada desenfrenada mas que rugir, cantaba...
Para comprender la turbulencia de esa agua, se estudio a si mismo y comprobó, que su interior era un abismo de turbulencias estancas...
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