Una lección de geografía

Una lección tan sabida como es el libro de la vida y sin embargo aún nos queda mucho que aprender de él...
Hemos pasado por alto las definiciones, ellas son las que dan el nombre exacto a los acontecimientos de la vida...
La propia vida pasa por una extensa carta geográfica...
Pudiera ser que, la rutina nos lleve a pensar en lo ingrata que es la monotonía, cuando en ella hay una alta concentración de sonidos, colores, voces humanas...
Somos nosotros los que, no vemos los colores cambiantes de cada ocaso, la diferente luz, en cada amanecer...
Necesitamos tiempo para nosotros, para transformar el inconformismo de nuestra vida en, un acto de aceptación total...
Sería muy interesante dibujar el mapa de nuestra vida y reseguir los contornos de nuestra propia geografía, para poder definir: los sentimientos, las emociones; para poder allanar los vacíos, crear puentes de unión, puertos seguros y caminos que nos conduzcan a una vida plena...