El éxodo comenzó y mil alas se extendieron,
todo el oro de la playa quedó en profundo silencio...
Surcando aquel cielo glauco, las mil alas comenzaron
un interminable vuelo y los mil ojos buscaron
otras tierras y otros cielos...
En aquella singladura había que estar despierto,
para llegar a buen puerto...
¡Ojalá fuéramos capaces de ver horizontes, ojalá supiéramos mirar en torno nuestro!
La gaviota que soy yo, la que escribe se toma una semana sabática...
Pero claro está, que volveré...
todo el oro de la playa quedó en profundo silencio...
Surcando aquel cielo glauco, las mil alas comenzaron
un interminable vuelo y los mil ojos buscaron
otras tierras y otros cielos...
En aquella singladura había que estar despierto,
para llegar a buen puerto...
¡Ojalá fuéramos capaces de ver horizontes, ojalá supiéramos mirar en torno nuestro!
La gaviota que soy yo, la que escribe se toma una semana sabática...
Pero claro está, que volveré...
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