La arboleda es como una muchedumbre de seres humanos anónimos...
Todo calla, incluso nosotros nos dejamos llevar por el propio silencio...
Lo nuestro es, una orfandad de sonidos, sólo la arboleda es capaz de llenar nuestros sentidos y ahí, cara a cara con lo desconocido buscamos el azul de las aguas del río, para entablar un diálogo repleto de contenido...
El río es, un susurro de voces, sus aguas de oro líquido nos llevan en volandas a las palabras y los silencios de los amigos desconocidos que, sin ver sus rostros son, igualmente amigos...
En la arboleda inmóvil tú, eres uno de esos árboles de porte estremecido y ahí estamos, cara a cara...
No sé tu nombre pero, eres igualmente amigo...
Todo calla, incluso nosotros nos dejamos llevar por el propio silencio...
Lo nuestro es, una orfandad de sonidos, sólo la arboleda es capaz de llenar nuestros sentidos y ahí, cara a cara con lo desconocido buscamos el azul de las aguas del río, para entablar un diálogo repleto de contenido...
El río es, un susurro de voces, sus aguas de oro líquido nos llevan en volandas a las palabras y los silencios de los amigos desconocidos que, sin ver sus rostros son, igualmente amigos...
En la arboleda inmóvil tú, eres uno de esos árboles de porte estremecido y ahí estamos, cara a cara...
No sé tu nombre pero, eres igualmente amigo...
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