Tras los muros de nuestro "yo" hay una fortaleza con infinidad de caminos que, forman un complicado entramado y conducen a través de oscuros pasos a nuestro palacio particular...Y es allí donde nuestro "yo" descansa plácidamente...
Hemos cerrado las ventanas para no oír las voces del exterior y cerramos los ojos para vivir de ensoñaciones...
Sin darnos cuenta, nuestro "yo" se evapora, ya no nos pertenece; la fortaleza se desmorona y nuestro palacio se convierte en prisión...
Estamos en una gran jaula de oro, cuyo brillo nos deslumbra, más , todo y así es una cárcel, donde sólo el "yo" solitario, va menguando su fortaleza...
Desandar lo andado, abrir ventanas y puertas, dejar el "yo" aparcado y buscar el "nosotros"...
Salir a campo abierto y buscar sin cansancio el diálogo...
Transformar el "yo" en el "tú"...
Aguantar chaparrones y tormentas no es otra cosa que: potenciar la fortaleza de nuestro ser...
Hemos cerrado las ventanas para no oír las voces del exterior y cerramos los ojos para vivir de ensoñaciones...
Sin darnos cuenta, nuestro "yo" se evapora, ya no nos pertenece; la fortaleza se desmorona y nuestro palacio se convierte en prisión...
Estamos en una gran jaula de oro, cuyo brillo nos deslumbra, más , todo y así es una cárcel, donde sólo el "yo" solitario, va menguando su fortaleza...
Desandar lo andado, abrir ventanas y puertas, dejar el "yo" aparcado y buscar el "nosotros"...
Salir a campo abierto y buscar sin cansancio el diálogo...
Transformar el "yo" en el "tú"...
Aguantar chaparrones y tormentas no es otra cosa que: potenciar la fortaleza de nuestro ser...
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