La vida personal y la vocación suelen ir de la mano y no sabemos hacer separaciones, porque nos dejamos seducir por las dos vidas, que hay en nosotros...
La vida personal es tan nuestra como para vivirla con los cinco sentidos y plenamente, sin mezclas ni artificios que puedan malograrla...
Muchos trabajan entregados en cuerpo y alma, cuando más que trabajar dejan su cuerpo y alma...
Trabajamos por impulsos, casi automáticamente, sobre todo cuando se sabe de memoria la tarea...
Muchos se escudan tanto en la vocación como el trabajo sin vocación, con el claro convencimiento de ser leales consigo mismos, ¿ y nosotros ?...
Nosotros, somos y estamos con nuestro propio mundo, complejo, pero totalmente nuestro...
La vocación y el trabajo son un algo añadido, que nos vino o por casualidad y por el don, que se nos otorgó...
Desde luego, que hemos de cultivar los dones y conservar a toda consta la ocupación en un trabajo. Sin duda, habremos de hacer una parcela aparte sino queremos echar a perder las sensaciones y sentimientos que acumulamos en nuestro personalísimo mundo interior...