Hay noches que nos conducen a la placidez de una ruta con destellos de estrellas, pero hay otras noches tan oscuras, que buscamos la calidez de una posada...
En la vida real, sucede algo parecido a los viajes...
En nuestro corazón hay noches de oscuridad total, donde buscamos el calor de otro corazón...
Sin embargo, los refugios humanos son escasos...
Muchos, no encuentran descanso, ni pueden conciliar el sueño y deambulan por las carreteras imaginarias de la mente...
Son carreteras, que no conducen a ninguna parte y a cada instante se recorre el mismo trayecto en el viaje de la mente...
Mejor aminorar la velocidad y dejar que el viento de la noche nos hable sin palabras y el mar nos cante su eterna canción...