Dejo caer las palabras, en ese mar infinito de las páginas en blanco...
En este extenso desierto de un silencio sin color, la mente vuela y se columpia en el hilo conductor...
Hay que aguzar el ingenio, hay que dejarse llevar al desierto y a los azules del mar...
Cómo música de fondo: la rutina...
El silencio, no es silencio es, más bien, un susurro de sonidos cotidianos...
No te puedes anclar en el puerto de los sueños, por eso es importante saber volar y bucear...
Las alturas y las profundidades, sólo son para el corazón...
Como siempre deseamos llegar, lo primero será, ponerse en camino y avanzar, derramando palabras...