Lo imposible y lo invisible son parte de nuestra vida. Es una frontera que nos separa del resto de la humanidad. De hecho, cuando nos enamoramos lo, que más queremos es llegar a la profundidad de otro ser. Sin embargo, ninguno puede comunicar cómo siente el amor. Simplemente se ama sin pensar en el centro de nosotros mismos y ni siquiera las palabras pueden comunicar lo que sentimos.
En realidad somos un centro de diversas operaciones, donde apenas tenemos control de cuanto nos sucede y lo que nos sucede es invisible y si a esto añadimos, que no llegamos a conocernos porque: tanto tenemos subidas o bajadas y averías varias. Nos hacemos imposibles a nosotros mismos y para los demás.
Todo amor quiere llegar al centro del ser amado, algo imposible y además invisible. La tecnología podrá seguir nuestros pasos, podrá estudiarnos, pero lo imposible e invisible está en el centro de nosotros y vivimos de lo que sentimos cada día.
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